La avaricia el acompañante del coronavirus

Raúl Pineda 27, de marzo 2020

El COVID-19, conocido como coronavirus ha sido la plaga de la nueva década con un total de 419.000 casos confirmados en el mundo. No solo se ha propagado este virus, sino que también una codicia que corrompe la lucha contra esta calamidad.

Un brote de compras compulsivas ha estallado alrededor de todo el mundo incluyendo papel higiénico, comida y desinfectante de manos. Bajo este pánico una cantidad innumerable de gente se está quedando sin oportunidad para comprar cosas esenciales mientras otros acumulan provisiones innecesarias. El egocentrismo se ha apoderado y hay personas que hasta ponen su propia compra excesiva delante de gente mayor que solo va a comprar necesidades. Esta actitud de comprar a base de pánico está forzando que la otra porción de la población haga igual. Una sequía de materias primas está llegando al sector primario que puede hacer un daño sustancial a la economía global. Este virus no está cambiando la cantidad que la población consume, solo son las personas que caen ante la tentación de entrar en pánico los que lo están alimentando. Es comprensible porque la gente hace esto, pero no significa que los gobiernos y las compañías que venden tanto toleren esta práctica. Comprar online ahora tiene colas que tardan horas y todo este caos se basa en que la mayoría de los gobiernos han subestimado al virus. China, el primer país afectado fue quien redujo las bajas y dio la ayuda necesaria para la gente que la necesitaba. De los 81.285 la mayoría, 74.051 han superado la enfermedad con éxito comparado con España que de los 57.600 solo casi 7.000 han superado el virus. En Italia multas de hasta 3.000 euros se han establecido dado a que la gente no respeta la propagación del virus. Las muertes que ha causado el virus no deberían tomarse a la ligera y el impacto económico que va a tener es de una monumental importancia también.

Esta epidemia es algo como nunca visto y ha estado causando un pánico global desde antes del estado de cuarentena. El daño económico se puede minimizar con conductas ejemplares de parte del gobierno y la gente no debe someterse ante el pánico por muy fácil que parezca.