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La avaricia es asesina

La pandemia mundial que surgió en china en diciembre de 2019 lleva en una constante lucha contra la humanidad durante ya casi 6 meses. Este virus nos pillo por sorpresa a todos y con una rapidez increíble nos obligó a refugiarnos en nuestras viviendas para así poder hacerle frente. La guerra que estamos viviendo durante estos tiempos no es una guerra convencional entre países y organizaciones, si no que esta vez la humanidad entera se enfrenta a un virus mortal que nos acecha a todos y nuestra mejor opción para salir victoriosos es confiar en los profesionales sanitarios que están combatiendo desde la primera fila contra esta pandemia.

El resto de personas, como yo mismo, que no somos profesionales sanitarios, deberíamos contenernos a seguir las ordenes de este grupo de personas, ya que el esfuerzo que estamos haciendo nosotros de quedarnos en casa ni si quiera se acerca al gran sacrificio que todos estos médicos están haciendo de poner su vida en peligro por el bien de la humanidad, y por ello deberíamos ser una ayuda para ellos que les impulsara hacia la victoria y no un peso que simplemente les ralentice. Este es el caso de un médico italiano llamado, Marcelo Natali, que como bien nos cuenta su hija ¨ha caído como un héroe en la primera línea de frente¨, si, este héroe murió hace ya unos meses a causa del Covid 19, pero no solamente murió por culpa de este virus si no que lo que sentenció su muerte fue la codicia del ser humano que hasta en momentos como este no pudo dejar atrás esa avaricia por el poder y el dinero y tuvo que priorizar la economía a la vida de una persona.

Me explico, durante muchos días antes del fallecimiento de este héroe, el médico Marcelo Natali denuncio varias veces el tener que estar trabajando bajo estas circunstancias sin tan si quiera la proporción de unos simples guantes de látex por parte del gobierno, durante un tiempo estuvo trabajando sin guantes incrementando sus posibilidades de contagiarse casi al doble, y por ello se mantuvo en constante contacto con el virus sin ningún tipo de barrera hacia su piel. Lógicamente, el virus le acabo pillando y debido a su edad y otros factores murió unas semanas más tarde.

Estos acontecimientos que estamos viviendo son sin duda unos de los más fuertes del siglo XXI, y aunque nos haya pillado por sorpresa deberíamos ser capaces de poder priorizar la vida de una persona ante cualquier otro factor y por difícil que cueste creerlo ya tenemos varios ejemplos que están demostrado lo contrario. Por ello y para concluir os dejo con una pregunta, ¿En qué momento de la historia, los humanos empezamos a sacrificarnos por el simple valor de un trozo de papel?


Mateo Simmons

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