La noticia “El coronavirus y la violencia doméstica, un riesgo desproporcionado para las mujeres” pone el foco en un problema, que a pesar de llevar presente en nuestra sociedad mucho más tiempo que el coronavirus, se ha visto significativamente agravado por este. En la noticia se plantean las dos caras de una misma moneda, y es que, frente a las duras medidas de confinamiento y la clara necesidad de quedarse en casa para paliar la propagación del virus, muchas familias no han tenido otra opción que exponerse a una amenaza no menos peligrosa; la violencia doméstica. El aislamiento que acompaña a la pandemia ha resultado en un incremento de las denuncias por violencia doméstica en Francia, Chipre y Bélgica, país en el que el aumento de las llamadas realizadas a la línea de ayuda telefónica ha sido de un 70%. Otros países, por el contrario, apenas han notado cambios en el número de denuncias a la policía, lo que podría dar lugar a la presunción de que, en estos países, simplemente, no existe el maltrato. Por desgracia, las circunstancias de muchas mujeres y niños no siempre les permiten acceder a los recursos y servicios diseñados para brindarles ayuda y, el hecho de tener a su agresor siempre presente, encerrado con ellos, hace que denunciar se convierta en un gran riesgo que no todos se permiten correr.
Por este motivo, es imprescindible que se apliquen medidas no solo para luchar contra el virus SARS-CoV-2, sino también para proteger a aquellos para los que no es suficiente una mascarilla y unos guantes para sentirse seguros. Es la responsabilidad de todos nosotros dar a conocer las campañas de sensibilización que se están lanzando para informar acerca de los mecanismos mediante los cuales se pueda pedir ayuda y apoyar a organizaciones que asistan a víctimas y a testigos directos de la violencia doméstica. Esta pandemia no puede ser un motivo para desentendernos de problemas sociales como este, y, ahora más que nunca, es necesario luchar contra la desigualdad de género y cualquier tipo de violencia que atente contra los derechos de las personas. Ayudémonos los unos a los otros.
